Entrevista a Alice Bag, fundadora de la banda The bags, pionera en el punk ochentero de Los Ángeles
- Paroxis Histérica
- 28 sept 2023
- 16 Min. de lectura
Actualizado: 4 sept
A continuación, se presenta la entrevista transcrita realizada a Alice Bag, gran artista pionera del punk de la escena ochentera de la ciudad de Los Ángeles.
PH: hola Alice. Es un verdadero placer entrevistarte. Queremos empezar preguntándote ¿cómo lees la historia que se ha escrito y que se ha difundido del punk y del rock? Y si crees que hace falta que se reconozca todavía y se valide el trabajo de las mujeres artistas. Y tú desde tu postura también como artista, ¿qué nos puedes decir frente a esas maneras como se cuenta la historia? ¿Crees que todavía hay omisiones?
AB: Yo creo que el trabajo que hacen ustedes todavía es muy necesario porque todavía no se valora el trabajo que hacemos y hay veces que oyes de algunas mujeres, pero es como la punta de un iceberg. Sí, que nada más oyes de unas cinco o 10 mujeres o algunas bandas, especialmente europeas y casi no se oye de los grupos de otros países o que quizás cantan en otra en otro idioma o que vienen de diferentes comunidades que no reciben tanta prensa.
Y eso pues es muy triste porque hay muchos grupos haciendo música muy interesante, más interesante para mí porque a veces es algo que está innovando, es diferente, tiene un mensaje diferente, un sabor diferente. Para mí, escuchar música de mujeres que no son tan populares es como ir a un restaurante y probar una comida que nunca has probado y que te sabe diferente y rica y te expone a sabores nuevos. Cuando tienes que comer la misma comida todos los días, así como es cuando oyes la música de puros hombres, especialmente hombres blancos, europeos, americanos, y pues no es que no te guste de vez en cuando comer una hamburguesa, pero a veces quieres algo diferente, algo que no has probado. Bueno, también eso y además que somos más de la mitad del mundo, así es que necesitamos que se nos oiga la voz.

PH: desde tu perspectiva también ¿nos puedes dar herramientas para poder entrar y descifrar esas historias de las mujeres artistas?
AB: Yo pienso que las mujeres no es que sean silenciadas o que no tengan algo que decir o que no estén contando sus historias, sino que es que las personas que tienen el poder son masculinas y cuentan su propia historia y se les olvida dejar que las mujeres hablen por sí mismas. Pero no es que no tengamos el deseo, ni la inteligencia ni las palabras para contar nuestras propias historias. Es más bien que cuando contamos las historias, los medios y las personas que están a cargo de los medios, que muy frecuentemente son hombres, se cubren los oídos. Como yo me cansé de esperar que alguien contara la historia de las mujeres en el punk, yo tuve que hacer mi propio website y entrevistar a las mujeres que estaban involucradas en el punk en Los Ángeles. Y después escribí mi libro, aunque yo no soy escritora, pero el punk me dice que yo puedo hacer lo que yo quiera sin reglas, sin límites. Así es que yo escribí mi propio libro para contar mi historia y yo tuve que ir a promover mi libro al estilo punk, ¿no? Llamando a las librerías, a las bibliotecas, haciendo citas, buscando con quién me voy a quedar, cómo voy a llegar para ir a contar mi cuento, a que me oigan y que no se pierda la historia de las mujeres que, como tú dices, sí fue, fueron las que crearon el punk.
PH: Sí, claro, Alice. Y bueno, algo que tú que tú comentas me parece muy muy crucial, es la necesidad, digamos, que se da, no sé si sea exclusivamente en el punk, pero sí hay una oportunidad precisamente a que las mujeres tengan una mayor afinidad con esa ideología que mueve el punk, ¿no? Y tú tocas algo muy importante y que muchos hombres también nos dijeron en algunas entrevistas y es que escuchamos a los hombres decir, "Hago lo que se me da la gana” pero cuando lo hace una mujer como que ponen en tela de juicio si realmente son punk, son no sé, true punk. Eso pasa porque las mujeres les están tentando, ¿cómo así que una mujer está hablando, o sea, hay un tema tan conservador que a pesar de decir somos punk y queremos expresar muchas cosas está muy enraizado tal vez mucho en los hombres para no permitir que las mujeres hablen, ¿no?
AB: Sí, sí, estoy de acuerdo contigo. Hasta cuando yo empecé a escribir las canciones para mis discos me preguntaban, ¿cómo es que tú eres artista solista si no tocas todos los instrumentos en todos tus discos? Y digo, pues hay muchos discos de hombres en que ellos no tocan todos los instrumentos. No quiere decir que no tengamos medios para escribir las partes. Se puede escribir partes de diferentes instrumentos, aunque no sean reales, para escribir una canción, pero sí, eso me choca que me pregunten cosas que no les preguntan a los hombres. Nos pasa todo el tiempo.
PH: sabemos que tienes un acervo importantísimo de entrevistas con mujeres de la escena punk del sur de California de los 70s y no solo te limitaste a artistas, sino también a fotógrafas y a escritoras. ¿Cómo podemos acceder a esa información? ¿Cómo ibas manejando esa recopilación de información y qué fuiste encontrando allí cuando empiezas a escuchar esa cantidad de voces tan interesantes?
AB: Bueno, la razón por la que yo lo hice primero fue porque había ido a una biblioteca y estaba buscando libros sobre música y vi que había una sección de punk, pero en todos los libros que estaban, había quizás una o dos fotografías de Debby Harry o X-Ray Spex, pero muy pocas que realmente no representaban mi experiencia. Porque mi experiencia sí fue que las mujeres crearon el punk en una manera que lo hizo significante, porque si hubieran las mujeres solo sido espectadoras, si no fuera que ellas mismas se subieron al escenario, tomaron las fotos, armaban las tocadas y hacían de roadies, ¿no?, de todo, de mezclar el sonido, todo, todo, todo, de artistas que hacían los flyers, todo eso te da un sentido de comunidad, te da un sentido de que tienes poder y esa fue para mí lo más importante del punk, más que la música. Aunque la música, pues claro, fue algo que era muy necesario y que era el fuego inicial, pero realmente lo que te daba además de la música era autoconfianza, no sé cómo se dice, autoestima, el sentido que tienes poder.
Así es que cuando vi que no estaban los libros pensé, pues, ¿cómo le voy a hacer? Yo no escribo esos libros que se van a publicar y van a estar aquí en la biblioteca, pero como eran los tiempos en que se empezaba a hacer blogs, pues empecé a entrevistar a las personas que yo conocí cuando estaba apenas empezando en el punk y todas querían decir su historia, todas me daban fotos, me contaban todas sus historias. Así es que y realmente como que cuando terminábamos de hacer esas entrevistas se sentían más vistas, más reconocidas.
PH: Quiero que hablemos un poquito de tus libros, y del proceso de escritura de tus canciones y saber si para ti resulta terapéutico.
AB: Bueno, el proceso de escribir mi libro Violence Girl, fue algo completamente inesperado para mí. Lo que descubrí de mí misma fue algo que yo no sabía que iba a tener que manejar, ¿no? Porque yo sabía que no era escritora. Y bueno, me convencí de que no era escritora, pero mis amigas me decían, "Sí, escribe un libro." Y mi esposo me puso un blog y me dijo, "Mira, todo lo que tienes que escribir es una página al día." Entonces, mirándolo así, dije, "Pues sí, ya escribe un blog, puedo hacer esto." Así es que empecé a escribir y realmente me guíe por fotos que tenía mi mamá. Mi mamá había fallecido y me había dejado fotos y recortes de periódico. Todos sus recuerdos de mí me ayudaron a poder contar mi historia. Pero cuando estaba contando, pues salieron unos recuerdos muy fuertes y muy tristes que me ayudaron a entender por qué el punk me ayudó tanto a resolver la rabia que llevaba adentro, que no sabía ni sabía de dónde había salido.
A veces yo estaba en el escenario y las personas me decían, "¿Qué estás pensando? pareces un demonio, ¿no? Estás como una mujer poseída. Y es que me servía de terapia, era como que salía de mi cuerpo y estaba completamente gritando mis verdades. Y cuando escribí el libro años después, realmente tuve la oportunidad de pensarlo, lo que estaba escribiendo, no solo de la experiencia, sino de analizarlo cuando lo estaba escribiendo y de poder resolver un poquito más las raíces de la rabia. Qué pues solo compartirlas, escribirlas, darles nombre y entenderlas te ayuda a sanar un poquito. Claro, muchas de esas cosas pues llevan cicatrices de por vida, ¿no? Cosas que te suceden cuando eres niña y te dañan cuando eres niña, las llevas contigo por siempre, pero ¿cómo las manejas y cómo qué parte tienen en tu vida y qué haces con esos sentimientos?
Para mí, de repente perderme en la actuación me permitió usar esa rabia para comunicar lo que era importante para mí, no solo energía, sino poder enfocarme. Sí, canalizarla, escribir canciones, escribir libros, todo eso me ayudó con esa esa parte de mi proceso.
PH: por esa historia que nos cuentas, queremos contarte nosotros que la historia del punk en Colombia ha estado marcada por la violencia, el conflicto armado, el narcotráfico, que ha intentado permear muchas de estas escenas, sobre todo, digamos, en los años 80, muchas artistas tuvieron que atravesar historias dolorosísimas, de contacto profundo con temas de droga, de y mucha gente dice como es que ese ideal o esa ideología de haz lo que quieras, de anarquía, del punk, llevó a que muchas mujeres y muchos hombres, no se metieran su vida en la drogadicción de lleno y hasta í se acabara su vida. Y cuando uno les pregunta a ellas decían, "Fue todo lo contrario. El punk me sacó a mí de una situación de drogadicción que yo vivía desde niña. Entonces yo quisiera de pronto si tú tienes, dentro de tu experiencia algo que opinar frente a esto.
AB: pues para mí fue lo mismo. Yo cuando estaba en la secundaria en la escuela a la que yo iba había mucha droga, mucha y yo experimenté con todas esas drogas mucho antes de entrar a la escena punk. Así es que para mí cuando empecé a estar en punk , no tenía tanta atracción, pero pues sí me metía drogas y bebía mucho alcohol y no tenía tanta atracción y además que está me daba cuenta cómo impactaba a las personas que estaban alrededor de mí y me sentía como que había sobrevivido tanto, tantas cosas más duras y que no me iba a dejar llevar por una droga. Realmente tenía una un poco de miedo de las drogas. Cuando me metí heroína y me gustó, pensé, pues esto es algo a lo que le tengo que tener miedo, ¿no? Es como el chocolate que te gusta mucho y sí, pero antes, si no si no te das cuenta, te enganchas. Así es que, yo lo había visto en mis amistades y no quería que me sucediera a mí. Así es que con los ojos muy abiertos decidí, me voy de aquí, ya no puedo estar viviendo en medio de todo esto. Y me salí de la escena y me fui a vivir con mis papás y me fui a la escuela y me salí por un tiempo, aunque aún iba a conciertos cada fin de semana o cada cuando ocurría, ¿no? Pero no lo estaba viviendo constantemente y eso me ayudó a sobrevivir esa época.
PH: Es un discurso contradictorio: se busca la libertad de no ser "esclavo del sistema", pero se termina cayendo en otra forma de esclavitud, la de las drogas, ¿no crees?
AB: Claro. Y aquí en Estados Unidos hasta lo organizaban los políticos, ¿no? Eso de ayudar a difundir esas drogas en comunidades de color, de gente de color, para controlarlos. Así es que, cuando ya sabes eso, ya sabes que no te puedes dejar si quieres tener poder en tu vida. Y además es lo mismo con el trauma psicológico de cualquier clase que tengas, te puede controlar. Para mí, mi meta es saber quién soy y vivir mi vida en una manera en que yo me sienta que la estoy conduciendo, ¿no? Que sé a dónde quiero ir. Quizás no llego, pero por lo menos tomé mis decisiones claramente.
PH: Nos encanta tu disco homónimo. Nos gusta mucho porque, a pesar de su sonido tranquilo y suave, las letras son muy fuertes. Abordas temas como la violencia de género, la brecha salarial y la falta de pensamiento crítico en la educación. Tu música nos parece muy tranquila, pero las letras tienen un contenido feminista claro, fuerte y contundente. Valoramos que expreses abiertamente estos temas, sin "pelos en la lengua", como se dice. ¿Cómo es tu proceso de composición? ¿Te basas en las experiencias de tus amigas, en noticias o en situaciones que presencias? ¿Cómo logras crear esas letras feministas tan contundentes?
AB: Cada canción es diferente y está inspirada en interacciones que he tenido con otras personas, las cuales me hacen reflexionar sobre la esencia de esas conversaciones. La canción sobre la violencia de género fue inspirada por una amiga que me contó su situación. Ella me dijo: "Me pegó y luego me pidió perdón". Yo le respondí que, aunque la perdonara, él lo volvería a hacer y que no podía seguir con él. Después de muchas conversaciones, ella me animó a escribir sobre el tema. Esto resonó mucho conmigo porque yo misma vi a mi madre en una situación similar. Mi padre la agredía a menudo, la mandaba al hospital y la policía se lo llevaba. Pero cuando le preguntaban si quería meterlo a la cárcel, ella lo perdonaba. Como niña, esto me impactaba mucho, porque me daba miedo que él volviera y un día la encontrara muerta al llegar de la escuela. Toda esa experiencia me llevó a escribir la canción.
Al principio, cuando la escribí, pensé que podría sonar controversial, como si estuviera culpando a la mujer por no salir de la situación. Pero mi intención es recordar que siempre hay una alternativa y que tienes amigos que te respaldan. Para salir de estas situaciones es muy difícil hacerlo sola; hay que saber que se puede pedir ayuda.
Mi madre no sabía que tendría un lugar dónde vivir. Ella dependía de mi padre, ya que no tenía otro trabajo más que ser ama de casa. No se imaginaba que era posible salir de esa situación. Hoy, en cambio, sabemos que hay más opciones.
PH: nos gustaría preguntarte si esas experiencias de tu infancia forjaron a la mujer que eres hoy, una mujer sin miedo a enfrentar la vida. ¿Sientes que esas vivencias te dieron la fortaleza para, por ejemplo, decir: "Yo puedo con todo, puedo seguir con mi proyecto de vida sin un hombre o sin una banda"?
AB: No solo las experiencias negativas me formaron. Una de las razones por las que me siento fuerte y capaz es porque mi padre, que nunca tuvo un hijo varón, me trataba como si yo fuera uno. Él me decía: "Tú puedes hacer todo lo que quieras. Eres muy fuerte".
Desde que era pequeña, me inculcó la idea de que no tenía límites. Amaba a mi papá por eso, porque me dio mucha autoestima. Constantemente me decía: "Eres muy inteligente, eres muy fuerte, tienes mucho talento, eres bellísima". Esos mensajes se me quedaron grabados.
Cuando la sociedad, las situaciones o incluso mis parejas me han dicho cosas negativas, no me afectan. Yo ya estoy convencida de que puedo con todo y de que, si alguien no me quiere, yo sí me quiero a mí misma.
PH: Alice, nos gustaría saber más sobre ese encuentro feminista tan genial que tuviste con Kathleen Hanna, Allison Wolfe y Teri Gender Bender. ¿Cómo fue esa reunión? Cuéntanos cómo fue el proceso de invitarlas y cómo se sintió la unión entre ustedes, fundadoras del movimiento punk y Riot Grrrl.
AB: Conocí a Alison Wolfe hace mucho tiempo. Nos hicimos amigas después de una charla que dimos juntas. Cuando me mudé a Los Ángeles, ella fue de las primeras en invitarme a salir. Mi amistad con Teri Gender Bender surgió de forma similar. Nos conocimos en una panadería, y de ahí nació una gran amistad y varias colaboraciones, incluso en una de mis canciones.
Cuando le pedí a Alison que cantara en mi canción "77", me sugirió invitar también a Kathleen Hanna. Aunque la conocía poco y me daba vergüenza, Alison le preguntó y Kathleen aceptó. Inicialmente, yo había escrito la canción con una melodía más pop, pero Kathleen llegó y le dio una nueva dirección con su voz. Tanto Alison como yo nos adaptamos a su energía, lo que resultó en una colaboración genial.
La colaboración para el video musical de esa canción fue similar. Yo ya había conocido a Shirley Manson en una fiesta, pero no la conocía lo suficiente como para invitarla al video. El director del video sugirió preguntarle, y para mi sorpresa, ella aceptó. Incluso vino con su propio vestuario y estuvo muy dispuesta a participar. Fue increíble su autenticidad y su disposición a "jugar" con nosotros.
PH: En nuestro podcast hablamos mucho de la interseccionalidad: no es lo mismo ser mujer en una ciudad que en la frontera. Tú lo demuestras en tu obra. Por un lado, abordas el tema de la edad, cantando sobre tu juventud y la libertad de vestirte como quieras. Por otro, escribiste un libro sobre el punk chicano de la frontera, mostrando que tu origen mexicano es una parte fundamental de tu identidad. Nosotros siempre enfatizamos que las historias de las mujeres en el rock y el punk son diversas, ya que las identidades y las opresiones varían según el contexto y los privilegios. En tu caso, esa interseccionalidad es muy evidente. ¿Cómo has vivido esa interseccionalidad y cómo se refleja en tu música y tu arte?
AB: Cuando era niña, una de mis primeras experiencias duras fue entrar a la escuela en Estados Unidos sin saber hablar inglés. Mis padres solo me hablaban en español. Fue difícil porque me trataban como si fuera tonta. Mis maestros esperaban que aprendiera inglés de inmediato y, al no hacerlo, asumían que tenía una mala actitud o que era lenta. Esto me causó mucho dolor. Afortunadamente, años después, tuve la oportunidad de ser maestra de niños de México y Latinoamérica que no hablaban inglés. Fue un privilegio para mí poder darles la paciencia y el apoyo que a mí me faltó. La experiencia chicana también me enseñó a lidiar con el juicio por mi apariencia. En Estados Unidos, ser morena y mexicana es una razón para que te paren en la calle y te pidan documentos para probar que eres estadounidense. Esto me da una rabia tremenda, porque es algo que se hace solo por la apariencia. Ser mujer es otra capa de la interseccionalidad. Constantemente te enfrentas a la sexualización y al juicio. Si hablas fuerte, te dicen que te comportas como un hombre. Pero para mí, se trata de defenderte y no ser tímida. Si alguien te quiere menospreciar, tienes que levantarte, con o sin guantes.
AB: Si me tratan bien, soy muy amable, pero si me tratan mal, que se cuiden. Además, está el hecho de ser queer. Aunque he tenido la misma pareja por 30 años, cuando era joven me di cuenta de que mi sexualidad era algo de lo que no podía hablar con mi familia ni con mis amigos. No podía decir que me interesaban las mujeres tanto como los hombres. En ese momento, era un tema tabú, y si eras católico, la prohibición era aún mayor. Me sentía juzgada por la iglesia.
También crecí en una iglesia donde las mujeres no podían comunicarse directamente con Dios. En mi experiencia, las mujeres tenían que pasar por la Virgen para llegar a Dios, mientras que los hombres podían hablar con Él directamente. Si hay un Dios, las mujeres también somos un reflejo de su divinidad. Si los hombres participan en esa divinidad, ¿por qué las mujeres no? No estoy de acuerdo con eso. Pienso que, si hay un Dios, también hay una diosa, o el ser divino no tiene género.
Todo esto, son opiniones que tal vez me hacen controversial.
PH: Es la vivencia de muchos hombres latinos. A nosotros nos enseñaron a cuidar a las mujeres como si fueran la representación de la Virgen, pero al mismo tiempo se esperaba que permanecieran calladas. Esas creencias, inculcadas por la Iglesia Católica, las cuestionamos al alcanzar cierta madurez.
La iglesia ha sido fundamental en los procesos políticos de nuestros países, tanto para cosas buenas como para cosas malas. Sin embargo, detrás de muchas de sus "buenas obras", todavía existe una tendencia a evangelizar. Por ejemplo, al ayudar a personas vulnerables, la iglesia sigue transmitiendo la idea de que la mujer debe ser la representación de la Virgen, no de su propia divinidad. Esta tendencia a evangelizar, en pleno siglo XXI, sigue muy presente.
AB: Sí. Y dominar. Sí, claro, ese es el segundo paso, ¿no?
PH: nosotros sentimos que hemos hecho un redescubrimiento de esa música y que a pesar de que hay muy buen metal y muy buen rock actualmente hecho por bandas, uno se da cuenta que hay joyas de bandas de los setenta y ochenta que vale la pena homenajear y conocer. ¿Qué nos puedes decir sobre esto?
AB: El punk tiene que reinventarse para seguir siendo relevante, ya que habla de temas actuales. Si bien hay canciones clásicas que perduran, también surgen nuevos grupos con temas y voces frescas que me emocionan.
Me alegra ver que hay muchas más mujeres en la escena. Después de un tiempo en que las apartaron, nosotras volvimos a empujar hasta estar al frente de nuevo. Me encantan bandas como The Linda Lindas de Los Ángeles, Soga de la Ciudad de México, Ratapunks de Perú y Niebla Mental de España. También me gusta mucho Special Interest de Nueva Orleans.
Estos nuevos grupos me inspiran de la misma manera que lo hicieron las bandas originales, porque su música es nueva y emocionante. Aunque a veces escucho los discos viejos por nostalgia, es mucho más emocionante oír el punk de hoy.
PH: Es fascinante cómo hay un redescubrimiento de los clásicos del punk. Me pregunto si te ha pasado que alguien más joven te muestre una canción de tu época y te haga redescubrir esa maravilla.
AB: Sí, porque a veces pasa mucho tiempo sin escucharla. Hace poco me pidieron una lista de mis 25 canciones de punk favoritas, pero es imposible. Las de hoy pueden ser diferentes mañana. Depende del día.
PH: Alice, nos gustaría que le enviaras un mensaje a las chicas jóvenes que están haciendo música. Les pedimos que se animen a tocar, a formar bandas y, sobre todo, a alzar la voz. Aunque vemos más bandas de mujeres, todavía no hay paridad en los grandes festivales. En Colombia, en festivales como Rock al Parque, la mayoría de las bandas son de hombres.
AB: Saludos a toda la audiencia de Paroxis Histérica. A las chicas, les diría que hagan música sin importar nada. Que hagan ruido, que canten, que toquen una caja de zapatos, una bolsa con fierros, lo que sea. Hay que hacer ruido y decir lo que se lleva en el corazón, porque tu voz es especial y única. Hay otra mujer ahí afuera que necesita oírte y que necesita a alguien con quien sentirse identificada. A todas las chicas que me están oyendo, les pido que se reúnan con sus amigas y hagan ruido juntas. No solo en casa, sino también en un café, en un bar o en un festival. Las reto.
PH: Estuviste en el evento "Women Who Rock, Making Sense Building", un espacio de diálogo y debate. Cuéntanos, ¿cómo fue tu participación en este evento y qué te llevaste de él?
AB: Comencé a participar en estos eventos después de publicar mi libro, cuando me invitaban a compartir mis opiniones, no solo mi música. Me gustó mucho porque son espacios para escuchar a otras personas que han pensado sobre el feminismo y la participación de los artistas en la música. En un entorno académico, como ese, los estudiantes hacen preguntas más informadas, lo cual enriquece el debate. Es algo interesante y que te hace crecer como artista, te obliga a pensar diferente. Para hacer música interesante, tienes que darte tiempo para recibir información, ya sea que estés de acuerdo con ella o no. Es imposible escribir una canción si no tienes nada que decir. Primero, tienes que preguntarte qué experiencias, conversaciones y preguntas tienes.
PH: Alice, muchas gracias por tu tiempo y por tu amabilidad. Es un placer y muy enriquecedor charlar contigo y escuchar el legado que dejas para el punk.
AB: Oh, gracias, Karen, gracias, Jorge. La plática fue muy bonita. Me gustó mucho platicar con ustedes y espero que me inviten otra vez. Y les pido disculpas porque a veces no tengo las palabras exactas, ya que aprendí español primero y luego trataron de quitármelo en la escuela, pero trato de hacerme entender. Gracias. Besos a Colombia.
Escucha el episodio completo acá:



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